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mudanza

El verano terminó. Me sorprende lo rápido que transcurrió y admito que voy a extrañar a mis chaparros dando vueltas por la oficina e invadiendo mi espacio de trabajo mientras me piden que me una a un partidito de fútbol, ver una película o participar en la elaboración de una obra de arte, a lo cual por lo general me he unido gustosa aunque algo agobiada por tratar de cumplir con mis fechas de entrega 😦

Durante este verano las reglas de la alimentación balanceada y los rigurosos horarios para ir a la cama se han flexibilizado un poco y seguramente vamos a padecer una primera semana caótica tratando de ajustarnos a los horarios para ir a la cama. Así que, para no sufrir en exceso, he dedicado menos de una hora de mi sábado a planear los menús de la semana y también el menú del lunch. Esto me permitirá hacer una compra planeada y evitará idas innecesarias al supermercado.

Confieso que soy extramadamente práctica y me alejo de sugerencias como la de cierta revista que mencionaba los Tamales de Tinga como una opción para el lunch infantil. Mil gracias, pero no me imagino a mi hijo sacando un tamal de su lonchera y aprecio enormemente cada minuto extra de sueño que mi esposo y yo podemos conseguir entre semana.

Si, al igual que yo, trabajas y tratas de multiplicarte para ser «working-mom» y al mismo tiempo lograr niños sanos y contentos, tal vez te ayude planear los menús de la semana con anticipación. Esto es lo que mi hijos llevarán de lunch durante la semana:

  • Lunes: Rollitos de jamón de pavo, galletas habaneras y uvas (proteína, cereal y fruta)
  • Martes: Sincronizada, yogurth y zanahoria rallada (ceral, proteína, lácteo y verdura)
  • Miércoles: Palomitas de maiz y pepino en trocitos (cereal y verdura)
  • Jueves: Sandwich y zanahoria rallada (cereal, proteína y verdura)
  • Viernes: Ensalada con salchicha de pavo y granos de elote (proteína y verdura)

Hace tiempo abandoné los jugos envasados y los sustituí por agua de jamaica, limón, horchata y natural (cuando de plano no me da la vida) esto elimina calorías del menú y es mucho más sano y económico.

Mi hijo mayor tiene aversión por las cosas «cremosas» así que es difícil incluir lácteos en su lunch, pero mi chiquita los acepta muy bien, así que a ella le incluyo algo de yogurth porque sé que las verduras no son su hit y las pongo porque cuestan muy poco y vale la pena que a fuerza de verlas todos los días en el tupper quizá algún día las pruebe 🙂

Generalmente mi esposo es el encargado de poner los lunchs (¿alguna duda de por qué lo amo?) aunque la planeación corre por mi cuenta. La experiencia me ha enseñado que, si los ingredientes tanto para el luch como de la comida están en el refrigerador el día que se utilizarán, en la cantidad necesaria, nos ahorramos enojos, prisas e idas al súpermercado (léase: tiempo y gasolina) de más. Usualmente cocino por las mañanas, o una noche antes, y así aseguro que, después de una mañana de trabajo, puedo llegar y encontrar la comida lista para calentar y servirse. Los menús elaborados se reservan para el fin de semana y tanto la vaporera como el congelador son mis mejores amigos pues mi lema es: «Una mamá descansada es una mamá contenta»

¿Tienes alguna otra sugerencia de lunch? Nos encantaría leerla 🙂

¡Feliz regreso a clases!

Karla Bayly

Las 5 S’s es un programa de mejora cuya filosofía es el orden y la limpieza. Fue desarrollado por una empresa del sector automotriz de Japón. En las empresas donde se lleva a cabo este programa se logran reducciones muy importantes en costos pues se optimiza el tiempo que las personas ocupan para realizar su trabajo, se reducen los rechazos por mercancía con baja calidad, etc.

Lo increíble es que este programa se ha migrado también hacia las oficinas. En el campus donde colaboro se llevó a cabo en las áreas de oficina y ¡vieran qué maravilla! Prácticamente se eliminaron los cochineros (sin afán de ofender a los colegas) Pero visitar algunas oficinas se volvió una experiencia grata al no tener pilas de papeles en el escritorio, adornitos, tortas de jamón (esta es broma!), y cuando solicitas cualquier material las cosas simplemente están en su lugar.

A raíz de ahí comenzó a rondar en mi cabeza que esta maravillosa iniciativa no se queda ahí, sirve también para aplicarla en casa y, lo mejor de todo ¡para nuestras finanzas personales! Aquí esta lo que se me ocurre:

5 S’s para tus finanzas:

  • Seiri (整理): Organización. Separar innecesarios: El equivalente es controlar los gastos que realizamos, eliminar el gasto hormiga que no nos sirve y solo boicotea nuestra tranquilidad financiera.
  • Seiton (整頓): Orden. Situar necesarios: ¿Te suena la campanita con la palabra presupuesto?  ¿A dónde llevo mis ingresos de acuerdo a la prioridad de mis gastos?
  • Seisō (清掃): Limpieza. Suprimir suciedad. Bueeeeeno, ¡a reducir deudas! De un jalón o poco a poco pero dejemos de regalar dinero vía intereses y mejor ganemos intereses por nuestro dinero.
  • Seiketsu (清潔): Estandarizar. Señalizar anomalías. Compras de impulso o presupuestos que no contemplan ciertas necesidades. Aquí es momento de mejorar lo que hemos venido haciendo y encontrar las causas por las que fallamos.
  • Shitsuke (): Disciplina. Seguir mejorando. La tranquilidad financiera se convierte en un hábito y los hábitos requieren disciplina. A la larga obtendremos la recompensa de todos nuestros esfuerzos.

Creo que los japoneses son los reyes de la eficiencia y eso es precisamente lo que deseamos en nuestras finanzas “hacer más con menos”. Te invito a hacer la prueba para implementar esta metodología japonesa en tu cartera.

¡Mucho éxito!

Karla Bayly

Contratos prenupciales ¿maldición o prevención?

Contratos prenupciales ¿maldición o prevención?

 

Tomando café con una amiga y platicando sobre mi experiencia como conferencista en la Expo Boda, entramos en la discusión de un tema existencial: No existen en el país opciones para las novias de segunda vuelta.

En un país que experimenta un aumento avasallador en la cifra de divorcios, parecería que el tema de un segundo (tercer o cuarto) matrimonio no es del interés de diseñadores de vestidos de novia, coordinadores de protocolo, peinadores, maquillistas, revistas de novias ni de coaches financieros… hasta ahora.

Después del divorcio y tras el necesario tiempo para superar el trance, mi amiga vive ahora una idílica relación de pareja que está a punto de llevarla al registro civil de nueva cuenta y tiene dos cosas muy claras:

  1. No se enfundará en metros y más metros de tul
  2. Firmará un contrato prenupcial

Obviando la razón por la cual el tul no es opción, concentrémonos en los contratos prenupciales, y es que este tipo de contratos no son solamente para famosos como Araceli Arámbula o Jennifer Aniston. Cualquier hijo de vecino (tú o yo) podemos proteger nuestro bienestar financiero (y el de nuestros hijos) firmando lo que en el Código Civil de nuestro país (y algunos otros en América Latina) se conoce como Capitulación Matrimonial.

El objetivo de una la Capitulación Matrimonial es establecer el régimen patrimonial del matrimonio (ojo! no es necesario esperar a la segunda vuelta, también se puede establecer para matrimonios ya realizados, con pachanga y toda la cosa). Básicamente, el objetivo de firmar con tu pareja una capitulación es establecer qué es de quién y cómo se repartirá lo que se produzca (patrimonialmente hablando) durante la vigencia del matrimonio.

¿Le caerá el «mal de ojo» a tu relación si firmas un contrato prenupcial? Honestamente no lo sé. Pero para mi amiga es un must ¿la razón? Tiene cuatro hijos de su primer matrimonio, cuyo patrimonio desea protejer en caso de vivir el remake de su divorcio. ¿Esta entrando a este nuevo matrimonio predispuesta a fracasar? No, simplemente lleva cinco años dedicándose a los seguros de vida y sabe que la protección y la tranquilidad son muy importantes.

¿Dónde se consigue? Este tipo de contratos se establece ante un notario (si piensas que es muy caro solicita informes sobre el costo de un divorcio donde sea difícil establecer acuerdos, seguramente el costo-beneficio será para el contrato prenupcial) Y, si quieres ahorrar, te sugiero una previa, larga y completa plática a solas con tu pareja que incluya:

  • propiedades detalladas con las que contarán al establecer la unión
  • ahorros
  • deudas
  • proporción en que repartirán los bienes que adquieran
  • quién administrará dichos bienes
  • etc.

A fin de lograr acuerdos con tu futura tal-por-cual y no ante el notario, pues éste sí te va a cobrar honorarios por escuchar toda la discusión.

Probablemente decidas que la captilulación matrimonial no es lo tuyo. Sin embargo te sugiero ampliamente tener esta plática con tu pareja la cual puede ayudarles a validar puntos de vista, a conocerce mejor y quizá evitar una desilusión. Comenzar una nueva relación con tabús acerca de hablar de dinero es condición para el «mal de ojo» en un matrimonio.

Recuerda que la desinformación es enemiga de tus finanzas personales

Karla Bayly

¿Dejas tu tranquilidad en manos del príncipe azul?

¿Dejas tu tranquilidad en manos del príncipe azul?

 

Erase una vez una linda princesa graduada con honores de la universidad. Sus padres no podían estar más que orgullosos y la princesa brillaba en sociedad. Jefes y colegas le auguraban una exitosa carrera profesional de la cual nuestra princesa obtenía un salario que le permitía cumplir tanto deseos como necesidades. Hasta que apareció su príncipe azul…

Una vez celebrada la boda real, la princesa puso sus finanzas en manos del príncipe ya que el futuro como reina consorte le reclamaba poner toda su atención en el cuidado de los herederos. Nada de andar de aquí para allá tratando de balancear nada.

La bonita carroza llenaba el tanque cómo y cuando el príncipe lo decidía y ni hablar de cambiar los herrajes de los caballos, eso era tarea del príncipe. Si la princesa deseaba adquirir un nuevo ajuar para el próximo baile dependía completamente del buen humor de su amado, independientemente de lo tesoros acumulados en el arca, sino por el afán de control de su ya no tan azul príncipe…

Y es que este apuesto príncipe comenzaba a perfilarse como el Rey de Chocolate. Las murallas de membrillo y las torres de turrón comenzaban a aprisionar a la princesa, pues el rey, a pesar de ser tan dulce tenía cada vez más amargo el corazón y la princesa no podía tomar ni una sola monedita de oro para llevar a los herederos a la peluquería sin desatar el fuerte llanto de su rey.

Rey de chocolate

Más tarde y,  gracias a las intrigas reales, la princesa descubrió que, el ya declarado rey de chocolate, pretendía anexarse nuevos reinos conquistando a otra princesa y, antes de ser aplastada por un merengue, decidió huir a toda prisa.

Ahora la princesa depende de que el rey de chocolate se desprenda de algunas monedas de oro para la manutención de los herederos. Su empolvado currículum no ha logrado colocarla en el puesto que dejó por seguir a su príncipe (“Marketing vía Twitter”, ¿en que cuento de hadas se habla de eso?) y ahora solo alcanza para medio llenar el tanque de la carroza convertida en calabaza.

La princesa dejó olvidada su Afore y, por supuesto, nunca contó con una cuenta personal de ahorro. Las doradas tarjetas de crédito que tanto placer le daba usar ahora sucumben al poder de la firma de otra princesa. Los concejales del reino le aseguran que no se recaudan impuestos suficientes para pagarle por el trabajo de princesa consorte que desempeñó por tantos años.

¿Debe la princesa sentarse a llorar esperando la llegada de un nuevo caballero andante que venga a su rescate?

Karla Bayly

*Este post nació de una combinación entre El camino Amarillo  y algunas otras historias de la vida real…

«El arte de la guerra» de Sun Tzu es reconocido como el mejor libro de estrategia de todos los tiempos. Al igual que en el arte de la guerra, las finanzas sanas pueden requerir de estrategias dignas de generales. He aquí algunas frases que pueden ayudarnos a emprender el camino de la libertad financiera:

Sun Tzu

“Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla”

Saber qué es lo que queremos y los instrumentos y acciones que nos pueden llevar a conseguirlo significa tener ganada gran parte de la batalla contra el caos financiero. Conocer y entender los términos bajo los cuales contratamos una hipoteca, aceptamos una tarjeta de crédito, establecemos un fondo de ahorro o elegimos una afore nos hace conocer al “adversario” y así no correr peligro en nuestra lucha hacia la libertad financiera.

“La dificultad de la lucha armada es hacer cercanas las distancias largas y convertir los problemas en ventajas”

Cuando pensamos en lo lejano y azaroso que es el camino hacia unas finanzas saludables lo que lograremos es bajar nuestra motivación. Establecer metas cercanas (un fondo para navidad), metas intermedias (un auto nuevo o una cuenta de ahorro) nos ayuda a motivarnos y hacer más fácil nuestra conversión hacia personas financieramente inteligentes.

“Nunca se debe atacar por cólera y con prisas. Es aconsejable tomarse tiempo en la planificación y coordinación del plan”

Acciones descoordinadas sin haber establecido metas de vida y ahorro nos llevarán a la inconstancia  y desmotivación. Es necesario tomar un tiempo para entender al enemigo (bancos, hipotecarias, bolsa, ofertas, etc.) y así poder construir nuestra estrategia y llevarla a la ejecución.

“Las consideraciones de la persona inteligente siempre incluyen el analizar objetivamente el beneficio y el daño. Cuando considera el beneficio, su acción se expande; cuando considera el daño, sus problemas pueden resolverse”

Análisis costo-beneficio ¿hay algo mejor que eso?

“Cuando las órdenes se dan de manera clara, sencilla y consecuente a las tropas, éstas las aceptan. Cuando las órdenes son confusas, contradictorias y cambiantes las tropas no las aceptan o no las entienden. Cuando las órdenes son razonables, justas, sencillas, claras y consecuentes, existe una satisfacción recíproca entre el líder y el grupo”

No podemos ser los únicos jugadores en la construcción de las finanzas familiares. Es necesario no solo comunicar las metas sino también entusiasmar al equipo que nos ayudará a llevarlas a cabo.

La información no puede obtenerse de fantasmas ni espíritus, ni se puede tener por analogía, ni descubrir mediante cálculos. Debe obtenerse de personas; personas que conozcan la situación del adversario.

Los astros y nuestros amigos en la ruina no son los mejores consejeros para nuestras finanzas. Busquemos la ayuda de aquellos que realmente pueden orientarnos para ser libres financieramente hablando.

¡Que tengas excelente fin de semana!

Karla Bayly

En el post pasado hablamos sobre lo que son los Fondos de Inversión y qué es lo que nos pueden ofrecer. Sin embargo este tipo de inversiones no son para todos pues depende de nuestro perfil como inversionista.

Lo primero que tienes que considerar para convertirte en inversionista son tres cosas:

  1. ¿Para qué quieres el dinero que vas a invertir? Si es un ahorro de corto plazo, algo así como tu fondo de emergencia. Quizá invertir en este tipo de fondos no sea buena idea. Al contrario si estas guardando para la universidad de tu hijo o para tu retiro, una inversión en fondos es buena idea porque a LARGO PLAZO está demostrado que el comportamiento de los mercados es positivo.
  2. ¿Qué tanto te gusta el riesgo? Si vas a Six Flags, por ejemplo, y eres de los que desquita su pase mágico (¿se llama así?) pues subes a todas las atracciones una y otra vez  o te consideras amante de la adrenalina entonces el riesgo es lo tuyo. Si por el contrario, sufres viendo la final de Miss Universo o te da “el patatús” cuando no encuentras una moneda de 10 pesos que tenías junto al refrigerador, entonces tu perfil tenderá a ser conservador. Los Fondos de Inversión ofrecen opciones tanto para personas que soportan muy bien el riesgo, ya sea porque van por mayores rendimientos o a largo plazo y personas con perfil conservador que prefieren invertir en papel “más seguro” sacrificando algo de rendimiento pero durmiendo mejor.
  3. ¿Qué tanto quieres obtener de rendimiento por tu dinero? Aquí es donde muchas personas son víctimas de fraude pues es muy fácil prometer altísimos rendimientos sin ningún riesgo y, lamento decirlo, eso no es posible. TODO RENDIMIENTO ESTA ASOCIADO AL RIESGO. Lo más recomendable es analizar cómo se ha comportado el fondo en el pasado, si ha tenido altos rendimientos, si se mueve en proporción del índice en donde cotiza (ya hablaremos de esto después), etc. Todo lo anterior para tener una idea sobre los rendimientos que ofrece el fondo aunque no olvides que los rendimientos del pasado no son una garantía para rendimientos futuros.

Si no tienes claro cualquiera de estos tres aspectos, por favor aléjate de los mercados financieros pues lo único que obtendrás serán dolores de cabeza. He visto a varias personas invertir bajo el síndrome de la manada: “Si el tío Pepe invierte ahí, entonces yo también” y ahí van todos en manada. La diferencia es que el tío Pepe sí tenía muy claro que tendría que dejar su dinero al menos entre tres o cinco años para ver ganancias y tú estarás invirtiendo las inscripciones de la escuela de tus hijos que necesitas de regreso en seis meses.

En este punto sería válido también preguntarse: ¿cuánto de este dinero estoy dispuesto a perder? Así que mira fijamente a tu alcancía y analiza cuánto de ese dinero podrías dar por perdido sin tener que tomar antidepresivos. Una vez que has fijado un tope de pérdida, será más sencillo elegir la opción de inversión que te conviene de acuerdo al perfil de riesgo de los fondos que te ofrezcan. Si perder un solo peso te pone los pelos de punta entonces dirígete al banco y pide en ventanilla un pagaré.

Una vez que conoces tu perfil de inversionista estarás listo para sentarte ante cualquier asesor y pedir que te orienten sobre una buena alternativa de inversión. La recomendación es que tomes la decisión con calma (algo así como ponderar el trabajo que te costó ahorrar este dinero) pues no se trata de dejarlo en la primera opción que analices. Quien te asesore debe tener toda la paciencia del mundo para resolver tus dudas y ser muy claro en la información que te presenta y ojo, dicen que: “ante la duda, frena” Si no te convence o la explicación que te den no es satisfactoria, pide que te atienda otro asesor y no alguien desesperado por ganarse una comisión.

Creo que los fondos son una buena opción para ahorrar siempre y cuando se cuente con una estrategia definida, actualmente mi plan de retiro (aunque es pequeño) me da la tranquilidad de saber que puedo llegar a ser financieramente libre.

No te pierdas: Los Mitos de los Fondos de Inversión

Karla Bayly

La baja de tasas de interés ha hecho que guardar tu dinero en un banco no parezca ser un buen negocio y en parte de eso se trata, de desincentivar el ahorro y fomentar el consumo ¿por qué? Porque si tú, yo y muchos más decidimos salir y gastar nuestro dinero entonces ayudamos a reactivar la economía.

Sin embargo, tal vez la reactivación de la economía no esté dentro de tus planes y más bien decidas guardar tu dinero esperando rendimientos como premio por posponer tu consumo. Si los bancos no son lo tuyo, tal vez sea el momento de acercarte a una operadora o administradora de fondos de inversión ¿cuál es la diferencia? Pues que mientras la operadora únicamente te va a ofrecer productos “marca propia” la administradora cuenta con una gama más amplia de opciones.

Los Fondos de Inversión son portafolios de productos financieros a los que puede acceder un grupo de pequeños y medianos inversionistas ¿queeeee? Digámoslo así, para quienes no tenemos el capital para entrar a una casa de bolsa y comprar un paquete de acciones de Telmex o Bimbo o aunque tuviésemos el dinero no queramos estar “clavados” viendo como se mueve la acción todos los días o, peor aún, pagarle a un “broker” para que maneje nuestro dinero y tome esas decisiones por nosotros, además de pagar comisiones cada vez que nos movamos de un paquete a otro, existe la alternativa de poner nuestro dinero en Fondos de Inversión.

Dichos fondos funcionan como la clásica “vaquita” en donde un intermediario arma un paquete de acciones o bonos y nos invita a entrar. La ventaja es que, una vez invertido nuestro dinero en un fondo, los “expertos” son los que se encargan de comprar y vender, lo cual no demanda toda nuestra atención (y ojo que no toda pero sí vale la pena estar al pendiente, después de todo es nuestro dinerito), las comisiones de entrada y salida disminuyen pues las compartimos entre todos los que estamos pero CUIDADO el riesgo no disminuye, es decir, no por el simple hecho de ser un fondo de inversión significa que el valor de las acciones permanecerá estable.

Por lo tanto, invertir en fondos no necesariamente es más seguro aunque sí más accesible. Existen en México más de 400 diferentes fondos y cada uno de ellos tiene una composición diferente. Para analizarlos puedes consultar el Prospecto de Inversión que se presenta ante la CNBV y no es otra cosa sino la radiografía de los papeles que componen el fondo, qué rendimiento se pretende lograr y quien es el administrador del mismo. Los prospectos son documentos públicos y están disponibles a través de la página de de FundPro que ofrece información de fondos en países como México, Chile y Argentina.

¿Te atraen los fondos de inversión? No te pierdas ¿cómo saber si los fondos de inversión son para ti?

Karla Bayly

¡Ya me vi!

¿Qué harían tus hijos con $300 mil? ¿Qué harías tú con esa cantidad?

¿Ya te viste? Yo puedo imaginar varias cosas que hacer con esa cantidad y por eso voy a seguir destinando $154 pesos semanales a la compra de pañales y no, no se trata de ningún sorteo, sino de mantener mi nivel de gasto constante aunque mi hija por fin haya decidido ser niña grande.

Uno de los principales obstáculos para el ahorro es la supuesta falta de dinero, y me atrevo a decir supuesta porque acostumbramos a hacer gastos sin pensar que más tarde se convierten en fugas de dinero. Mi caso es el siguiente:

Durante casi tres años hemos venido destinando parte de nuestro presupuesto a la compra de pañales (y si, admito que no he sido la mejor mamá en eso de dominar el control de esfínteres 😦 ). Después de todo este tiempo el gasto «ya ni se nota» es decir, nos hemos acostumbrado a vivir sin esa cantidad de dinero y honestamente, tampoco imagino cosas maravillosas (viajes o compras glamorosas) que pudiera realizar hoy con $154 pesos adicionales cada semana.

Este nuevo «ingreso» mensual de $616 ($154 x 4) podría fácilmente convertirse en nuevos «gastos hormiga» pero ¿qué pasa si mantengo ese gasto constante hasta que mi princesa asista  a la universidad? Invirtiendo en una cuenta que ofrece 8.5% de rendimiento anual (menos 0.85% de ISR sobre rendimientos) pasaría lo siguiente:

 

¿Qué pasa si invierto lo de los pañales?

¿Qué pasa si invierto lo de los pañales?

La idea no es guardar debajo del colchón (porque me lo voy a gastar) cada semana sino que me gustó la opción de Banco Azteca porque puedes depositar cada semana vía internet lo cual me parece de perlas (nada de andar comprando licuadoras cada que vaya a la sucursal).

Ahora bien, la tasa de 8.5% no va a permanecer constante y seguramente variará conforme el banco gane clientela y se mueva la economía. Tampoco los pañales van a costar lo mismo todo el tiempo. La belleza de este ejercicio esta en ir aumentando nuestro ahorro conforme aumenta la inflación y buscar mejores opciones de inversión conforme crece el capital y podemos acceder a mejores tasas, lo que significaría en algún momento mover mi inversión a un nuevo lugar. El objetivo es demostrar que sí se puede ahorrar y que los gastos hormiga sí son significativos en el largo plazo.

¿No tienes hijos? ¿Eres ecologista y utilizas pañales de tela? Bueno, si puedes ahorrar 10 pesos diarios, así se vería tu cuenta:

Ahorrando una moneda diaria

Ahorrando una moneda diaria

¿Ya te viste? Te invito a comenzar tu cuenta de ahorro. Existen opciones interesantes también en Banco Famsa y Makahui de El Peso Nuestro reporta rendimientos interesantes en Banregio. La idea es dedicarle un par de horas investigando en internet y comenzar a ahorrar ¡ya!

El modelo es muy sencillo y puedes hacerlo tú mismo(a) con la cantidad que decidas rescatar de tus «gastos hormiga». Si lo prefieres puedes escribirme a karla@karlabayly.com y con gusto te lo reenvío.

¡Feliz fin de semana!

Karla Bayly

Vacaciones sin dolor

Playa

¡En unos días estaré en la playa!  Viendo las olas llegar y participando en quiméricos concursos para ver quién puede cavar el hoyo más profundo antes de que alguna ola se atreva a llenarlo, disfrutaré con mi familia de unas merecidísimas vacaciones.

Como casi todas las actividades de este año, los días en la playa serán acompañados del término frugalidad, pues la idea es regresar a casa contentos, descansados y no sufriendo mientras hacemos cuentas mentales de todo lo que gastamos y lo mucho que tendremos que apretar el cinturón para pagarlo ¿te gusta la idea? Esto es lo que hicimos:

Buscando obtener algún provecho de la epidemia de influenza (no todo era ponerse a llorar) buscamos con tiempo los descuentos que los hoteles se aprestaron a ofrecer. Cuando encontramos lo adecuado a nuestro gusto y presupuesto lo pagamos de inmediato con nuestro fondo de vacaciones. Me declaro peleada con pagar unas vacaciones a meses sin intereses, pues creo que siete días bajo el sol no se compensan con otros 548 días (18 meses) de andar tronándose los dedos para pagarlos, pero eso cada quién…

Días antes de partir he hecho una lista con todo lo que podremos necesitar para no olvidar NADA y es que no hay otra cosa más cara que comprar medicinas, pañales, bloqueador solar o lo que sea en una tienda de hotel.  También empaqué lo necesario para lavar alguna prenda de emergencia pues no planeo renovar nuestro guardarropa en la boutique del hotel, amén de que tengo cierta aberración por las playeras con el comercial turístico incluido. Tampoco compraré ese pareo hermoso que solo se ve bonito cuando estas bronceada y que nunca me voy a poner en casa.

Cuidando la línea y el presupuesto huiremos de los bufetes. Existe cierta creencia acerca de que conviene comer todo lo que se pueda en el bufete matutino y así resistir en inanición el resto del día. Imposible en mi caso. Jamás he podido consumir ocho guisados diferentes en media hora para después abstenerme el resto del día. Termino pagando un desayuno caro y mi cuerpo me exige alimento cinco horas después, mal negocio. He comprobado que resulta más económico consumir el desayuno a la carta para toda la familia, alejando también a mis hijos del menú infantil.

No olvidamos empacar también el sentido común. Nada de pagar cuentas médicas por quedarse hooooras achicharrándose bajo el sol, fracturas o lesiones por practicar deportes extremos a los que nuestros casi cuarentones cuerpos no están acostumbrados, ni ninguna otra actividad a las que una sesión de “chelas” en la playa te hagan sentirte atraído para sacar al joven que todos llevamos dentro. Y sí, estoy de acuerdo con Roberto Morán que no se trata de solamente tumbarse sin hacer nada, pero tampoco de aventarme de cuanta plataforma se me atraviese pues ésta mamá aún tiene muchos años de circulación por delante 😉

En las maletas de regreso no vendrá ningún souvenir. Mi familia y amigos saben que los quiero mucho 😉 pero el presupuesto vacacional incluye experiencias, no cosas. Establecimos de común acuerdo una cantidad de gasto diario a fin de controlar nuestro consumo y no irnos de “patitas” con el clásico tarjetazo. Si logramos quedar un día por debajo de presupuesto, el siguiente día nos permitirá hacer un upgrade de restaurant o menú.

Creo que ninguna de estas acciones limita la diversión ni resta glamour a nuestras vacaciones, al contrario, podremos recordarlas como las vacaciones de una familia financieramente inteligente.

¡Felices vacaciones!

Karla Bayly